miércoles, 3 de octubre de 2007

Decroly, La escuela de Fidel

ENSEÑAR A PENSAR, NO LO QUE HAY QUE PENSAR

Ovide Decroly: Médico y psicólogo belga (Renaix, 1871, Bruselas, 1932). En 1907 funda la Ecole de l'Ermitage, centro experimental de reconocido prestigio internacional que nace bajo el lema: la école pour la vie et par la vie. Ahí Decroly introduce los centros de interés y va perfilando su teoría sobre la globalización en la enseñanza.

Líneas pedagógicas
La propuesta pedagógica decrolyana propone una verdadera educación por la acción. Introduce los centros de interés entendidos como ideas−fuerza que mueven y motivan a los alumnos. El método global constituye la base de la metodología.
El centro está enclavado en un lugar privilegiado de la ciudad de Bruselas. Por un lado, junto al inmenso y maravilloso bosque de Soignes que permite la observación de la naturaleza, las estaciones, el trabajo forestal, los campos,... Por otro, junto a un barrio popular que, poco a poco, se está convirtiendo en residencial por el éxodo hacia el sur de la burguesía francófona. En la época de la fundación esta zona constituía un paraje semirrural, en el que sus moradores se dedicaban a la agricultura y a la artesanía. Aún hoy perviven algunos artesanos, hortelanos y pequeños ganaderos, así como el mercado de los lunes y una feria de ganado en septiembre... Este medio natural y social constituye un valioso recurso educativo que la escuela aprovecha.

COGESTIÓN Y PARTICIPACIÓN
La Escuela tiene como uno de sus primeros objetivos la formación de ciudadanos para la democracia, y este objetivo sólo puede conseguirse mediante el ejercicio de una práctica escolar democrática. Decroly advertía que la escuela debe educar para la vida, preparando a los hombres y mujeres para integrarse en la sociedad, comprometiéndoles en la construcción de una sociedad mejor. Por ello, la libertad y la responsabilidad definen una organización dentro de la cual cada uno se esfuerza por ser un miembro consciente y útil de la colectividad. El centro funciona con un régimen de cogestión. Consideran esencial el ejercicio de responsabilidades sociales desde los primeros cursos. Los delegados de gobierno se eligen a través de las
asambleas de clase y de escuela, por unos períodos de tiempo limitados A medida que los alumnos crecen, los cargos se amplían y diversifican. Los delegados velan por los paneles, la librería en forma de cooperativa, la ludoteca, los clubs, la revista escolar... Los mayores de 15 a 18 años se encargan también de organizar la fiesta anual de San Nicolás para recoger fondos destinados a ayudas sociales, o tienen el cometido de invitar a conferenciantes, orquestas, grupos dramáticos y otros de tipo artístico deseosos de ponerse en contacto con su primer público. En la cúspide, y por elección democrática de las bases, se halla el comité organizador, que es el órgano responsable de la gestión general. Está compuesto por dos representantes de padres de los alumnos, dos educadores y dos alumnos de los cursos superiores. A principios de curso, cada grupo establece un calendario y un programa de los puntos organizativos y pedagógicos que se desean profundizar y debatir. De estas asambleas sectoriales nacen unas propuestas concretas que el grupo presenta al comité organizador para
su aprobación.

Este régimen paritario es único en Bélgica. La Escuela Decroly lo promueve para conseguir la máxima representación de los sectores implicados en la enseñanza y para obtener un equilibrio entre los intereses y las tendencias de los tres sectores enumerados, aunque ello suponga y les obligue a incrementar el número de reuniones y asambleas sectoriales y generales. La libertad y responsabilidad se practican vinculadas tanto a las actividades sociales como a las de orden físico y cognitivo. Una pedagogía activa y del interés obliga a una libertad de movimientos y de acción. La Escuela favorece las actividades de juego y de movimiento que devienen educativas: explorar, construir, producir... A otro nivel, se fomenta la realización de
proyectos y planes de trabajo por los mismos alumnos, eliminándose los programas preestablecidos y, por supuesto, los manuales. El desarrollo de los planes de trabajo implica también libertad física, mental y de expresión. Los soportes del aprendizaje son los cuadernos de los alumnos, las paredes cubiertas de grandes paneles sintetizando las adquisiciones, los libros elaborados por los alumnos sobre una experiencia considerada valiosa, las conversaciones, etc. El uso de tales elementos evidencia un trabajo libre cooperativo.

Toda la propuesta pedagógica decrolyniana concede una gran atención a la vida social desde una doble perspectiva: como vivencia escolar que permite el aprendizaje de comportamientos sociales y como medio humano que ofrece recursos para la satisfacción de las necesidades. Se trata de una verdadera educación por la acción. En toda actividad escolar se evitan las clasificaciones, los exámenes y selecciones de alumnos por lo que tienen de competitivo y malsano. Las evaluaciones semestrales se presentan en informes globales sobre la maduración o el nivel físico, intelectual y social del alumno, los tres aspectos de la persona que intentan armonizarse en la práctica escolar cotidiana.

LA PRÁCTICA. LOS CENTROS DE INTERÉS
La Escuela practica una verdadera pedagogía del interés que implica métodos deliberadamente activos, sin someterse a una jerarquización de temas partiendo de lo simple (o de lo que a menudo se cree equivocadamente que lo es) y hacia lo más complejo. La psicología globalista Decroly, que un siglo de investigación ha confirmado, permite partir de los temas propuestos por los mismos niños, con la condición de que el maestro sepa qué técnicas, qué nociones, qué referencias es conveniente introducir en cada momento favorable. De la maternal al segundo curso de primaria (2,5 a 8 o 9 años), los alumnos trabajan unos centros de interés ocasionales a través de las llamadas sorpresas, es decir, objetos diversos que les han atraído la curiosidad en su medio familiar o en su entorno. Una fruta, un animal doméstico, pueden ser objetos de observación que a través de un examen sensorial proporcionarán datos concretos. En la escuela estos objetos son examinados sensorialmente. En primer lugar se trabaja la observación. Con los ojos cerrados o vendados se profundiza en sus cualidades: se palpan, se pesan, se huelen, si es posible se saborean.
Un método experimental exige entrenamiento. Para ello es menester vivirlo y practicarlo sobre el terreno, ponerlo en marcha en sus escuelas.

Bibliografía
DECROLY, O. (1927): La función de la globalización y la enseñanza», en Revista de Pedagogía, Madrid.
DECROLY, O. y BOON, G. (1965): Iniciación General al Método Decroly, Ed. Losada, Buenos Aires, 8ª edic. Libro.
DECROLY, O. (1987): La funció de globalització i altres escrits, Ed. Eumo. Col. Textos Pedagògics, núm.

2 comentarios:

Lola dijo...

La Tia Lo es TAN buena que se leyo TODA la info de la escuelita de Fi. Quien mas lo haria con semejante pergamino??!!!
jajajaja

Anónimo dijo...

Es que sos lo máximo hermanita! Nos amás tanto que hasta sogazo te interesa, y nosotros también te amamos!!!!!!!!!!!!

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